Para Jonathan Velasquez, la música puede ser un arma valiosa a la hora de tratar diversos problemas psicológicos.
El Ministerio de Salud, señaló que los índices de depresión y ansiedad en la población peruana han aumentado durante la pandemia. Debido a esta situación, sumada al aglutinamiento de los centros médicos por la crisis sanitaria, muchas personas han descuidado el estado de su salud psicológica. Sin embargo, la música y el arte sonoro pueden significar una herramienta en cuanto a la terapia.
Así lo señala Jonathan Velasquez, musicoterapeuta de la Sociedad Peruana de Medicina Alternativa y Complementaria (SPEMAC). Según indica, la musicoterapia “puede servir como un apoyo complementario para el abordaje del paciente en el área de salud mental, pero no puede reemplazar una consulta psicológica”.
Los musicoterapeutas trabajan con los perfiles psicológicos de los pacientes y con lo que ellos denominan “identidad sonora”, la cual es la formación que el individuo tiene desde su desarrollo prenatal. Con este análisis pueden intervenir en los problemas que los aquejan: depresión, ansiedad, insomnio; y utilizan tratamientos de frecuencias sonoras como los solfeggios.
También agregó que los musicoterapeutas deben abrirse con sus pacientes y lograr una relación más cercana. “Estos tratamientos necesitan la voluntad del paciente, es decir, querer seguir el tratamiento”. El contacto se da a través de teleconsultas. Estas son más asequibles ya que utilizan las redes sociales para poder llegar a sus pacientes.
Los terapeutas tienen la responsabilidad moral de facilitar a la sociedad los canales para poder mejorar y encontrarse sanos. “En estas situaciones el cerebro está en un estado beta, de vigilancia, nosotros buscamos llevarlos a un estado alpha, por ejemplo”, explica, y menciona que es necesario hacer que las personas se reconozcan a sí mismas y se ayuden a sanar. “La musicoterapia no te sana, tú mismo te sanas, la musicoterapia te ayuda a estimular tu propio cuerpo”, concluyó.